jueves, 8 de marzo de 2007

Periodismo Deportivo

Periodismo de clase

Apenas comenzado el programa de Fernando Niembro -“De una con Niembro”, AM 910, Radio La Red- la conversación entre el conductor y uno de los egresados de su escuela de periodismo, “Toti” Passman, se centró en la necesidad de urbanizar las villas miserias de la Ciudad de Buenos Aires. Según las afirmaciones de ambos durante los aproximadamente diez minutos que duró esa charla, los principales motivos para llevar adelante estas obras serían la imposibilidad de circular por esos barrios, la inseguridad para los periodistas que tienen que ir a cubirir los partidos en zonas aledañas y que tal como están sirven de escondite a los delincuentes. De la necesidad y el derecho de esas personas de vivir en condiciones dignas, ni una sola palabra. Lo que se dice, un periodismo de clase.

Historia

Historia

Ayer martes, la voz en off del periodista de Telenoche –el noticiero de Canal 13 que se emite todos los días a las… vaya a saber uno el horario- describía los pormenores del juicio que se le sigue al represor Alfredo Astiz por la desaparición del escritor, periodista y militante montonero Rodolfo Walsh. Luego de otorgar algunos detalles de la causa judicial, el periodista intentó narrar cómo fueron los hechos que terminaron con la muerte y desaparición del autor de Operación Masacre. Según afirmó, Walsh fue secuestrado de su departamento y nunca más apareció. Como todos saben, Rodolfo Walsh fue emboscado por un grupo de tareas de la ESMA en plena Av. San Juan, como iba armado resistió la embestida de los asesinos hiriendo a uno de los oficiales hasta que cayó muerto acribillado a balazos. ¿Y si de vez en cuando agarramos un libro de historia para conocer nuestro pasado reciente y saber qué fue de la vida de nuestros colegas desaparecidos?

martes, 6 de marzo de 2007

Debutó la nueva Ley (Federal) de Educación

Si bien el dicho popular señala que una imagen vale más que mil palabras, pocas veces sucede que una sola escena sintetice tan bien las diferentes facetas de una situación en particular. Nos referimos al anuncio de aumento salarial a los docentes anunciado por el gobierno nacional antes del inicio del ciclo lectivo 2007.

La escenografía se montó en la Casa de Gobierno para que el Ministro de Educación Daniel Filmus, en campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, diera la buena nueva como respuesta al anuncio del adelantamiento de las elecciones en ese distrito. A su lado, como buenos lugartenientes, se encontraban los dirigentes gremiales de las federaciones nacionales docentes, con Hugo Yasky a la cabeza, el principal operador político del gobierno para que a fines del año pasado se sancionara la nueva norma educativa.

Los sucesos posteriores al anuncio demostraron varias cosas. La inutilidad de un ministerio sin escuelas que anuncia un aumento que deben hacer efectivo las administraciones provinciales. La complicidad de dirigentes gremiales que acuerdan con el gobierno sin someter la propuesta oficial a la evaluación del conjunto de los trabajadores; y que convierten la lucha de los docentes en terreno para la disputa electoral porteña. La función que cumple una (supuesta) nueva normativa legal que en su debut oficial mostró, en todo su esplendor, que su razón de ser es continuar con la misma política educativa bajo otro ropaje .

Una síntesis perfecta que deja en claro que este es el gobierno del empleo precario y los salarios miserables, las traiciones reiteradas de la burocracia sindical de siempre y la mentira que en realidad es la nueva vieja ley educativa. Todo junto, como para que nadie diga que no lo vio o no le avisaron.

El comienzo del fin

El comienzo del fin

Nuestro neurótico zapping de los domingos por la noche se detuvo en el Canal 26 de cable. Y no era para menos. Sorpresivamente nos encontramos con la pantalla del televisor ocupada por Mariano Grondona conduciendo su “nuevo” programa periodístico, “La Clave de Mariano Grondona”. Desde hace tiempo augurábamos porque este apologista de todas las dictaduras y gobiernos represivos acabara de la misma manera que su ex compañero de ruta, Bernardo Neustadt: despreciado e insultado cada vez que aparecía en público. Sin embargo, creíamos que el abogado defensor de todos los gobiernos de facto era más inteligente y no sería tan fácil verlo en decadencia. Pero a veces la historia tiene estas sorpresas. Que Grondona haya dejado de conducir su programa “Hora Clave” en un canal de aire –luego de diecisiete años ininterrumpidos- para pasar a hacerlo, con otro nombre, en un canal de cable cuya audiencia es considerablemente más acotada, no es un dato menor. Y si acaso lo fuera, nosotros preferimos ser más optimistas. Preferimos pensar que algo debe estar ocurriendo para que esta figura orgánica de los sectores más reaccionarios y conservadores de nuestra sociedad deba abandonar la televisión de aire por un espacio mucho más pequeño y restringido. Esperemos que este sea el comienzo del fin.