viernes, 8 de febrero de 2008

El “estado bobo”de Pepe Eliaschev

El “estado bobo”de Pepe Eliaschev

Algunos desprevenidos pueden tildarlo de progre –salvo sus ex-estudiantes de la carrera de Comunicación de la UBA, que saben de sus artimañas como profesor. Con la utilización aberrante del recurso argumentativo de la comparación, nos referimos a Pepe Eliaschev, las expresiones de su pluma reaccionaria confunden y eluden sincerar su filiación ideológica.

En un fragmento de su columna en el diario Perfil del último domingo, pone en duda que el Estado argentino haya vuelto, luego de la “larga ignominia neoliberal”, a ejercer su autoridad, como suele afirmarse, dice, en el discurso dominante de estos días. Si la privatización de las empresas estatales de servicios públicos fue la marca registrada de los noventa, actualmente nos encontramos con “la privatización de la frontera argentino-uruguaya a la altura de Gualeguaychú (…) Divertido, si se quiere: paradigma de la apropiación privada del espacio público, ese corte ilegal, dañino y sobrecogedoramente estéril es avalado por un gobierno que se lava cada mañana en las sacras aguas de la-recuperación-del-poder-de-decisión-del-Estado”.

Durante esos años, a ese Estado arrollado por el neoliberalismo se lo calificaba de “bobo”, porque “permitía hacer y dejaba pasar”. Ni siquiera, señala, Tatcher, Pinochet o Menem se atrevieron a privatizar el espacio público (sic) como están haciendo hoy los asambleístas de Gualeguaychú.

En la concepción de Eliaschev, los neoliberales serían los asambleístas, al mismo nivel que un genocida, y no el gobierno uruguayo que permite la depredación del medio ambiente –bien público si los hay- en beneficio de una empresa privada y extranjera, la pastera Botnia en este caso. Y el Estado argentino continuaría siendo tan “bobo” como en los noventa por permitir hacer y dejar pasar, o lo que es lo mismo, por no reprimir a esos mismos asambleístas en el lugar donde se desarrolla el corte –recordemos que el gobierno nacional, a través de la Prefectura, sí los reprimió en Puerto Madero-, y no por continuar con los grandes lineamientos económicos de la década anterior.

Un razonamiento más producto del “estado bobo” de Pepe Eliaschev.

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